La base de estas resistencias es un tubo, redondo u ovalado de cerámica, sobre el que bobinamos un hilo de NiCr con un valor resistivo y una capacidad adiabática específica. Estas resistencias se cementan con el fin de proteger toda la electrónica de potencia que las rodea ante una eventual rotura del hilo por una sobrecarga de corriente. El cemento hace que el hilo permanezca pegado al tubo cerámico, sin peligro de que se desdevane como un muelle tocando las distintas partes de la electrónica con potencia distinto de cero. Estas resistencias son bastante económicas, pero tienen bajo grado de protección IP, no son indicadas para soportar impactos o vibraciones de amplitud grande.

La mayoría de las resistencias de potencia se fabrican utilizando hilos arrollados, bobinados, espiralados… Por el hecho de estar el hilo bobinado, las resistencias tienen asociada una inductancia parásita que, aunque en la mayoría de las aplicaciones es despreciable, hay aplicaciones donde esta inductancia parásita puede presentar problemas. Por este motivo existen otras tecnologías que eliminan este efecto.

Algunas de las aplicaciones donde se utilizan estas resistencias son snubbers de convertidores, radares, drivers de motores, amplificadores de RF, equipos de broadcast, alimentación de láseres, equipos de electromedicina como equipos de rayos-X, desfibriladores, circuitos de soft-start, etc.

Su construcción es similar a la utilizada en las resistencias de calefacción o calentamiento de electrodomésticos, pero con distintos parámetros técnicos. Básicamente se trata de un filamento en espiral, dentro de un tubo de acero sellado. Entre ambos hay siempre un elemento aislante, usualmente óxido de aluminio. El hilo de acero, el diámetro del tubo, la distancia entre ambos y el material aislante es lo que determinará las propiedades de las resistencias: la potencia que podrá absorber, el aislamiento que soportará y la calidad de nuestra resistencia. En determinados casos, para mejorar la disipación del tubo se le puede arrollar una aleta en espiral.

En atmósferas donde la humedad es elevada y las variaciones de temperatura también, se suele producir condensación en armarios y cajas metálicas. Con el fin de evitar este efecto que puede acumular agua dentro de cajas y armarios, disponemos de una interesante gama de resistencias anticondensación. El principio de funcionamiento es bastante simple. Basta con elevar la temperatura del armario, por encima de la temperatura del aire húmedo que la rodea. De esta forma evitaremos la condensación.